Por muchos años pensé que se debía tener un solo camino profesional y que lo correcto era especializarse en esa profesión sin desviar la mirada. ¡Qué equivocada estaba! Aunque muchas veces me dijeron que no se debían combinar peras con manzanas, yo me di a la tarea de comprobar que, en una buena preparación, saben deliciosas.

Hoy tengo la certeza que, desde pequeña, he sido una mezcla de palabras y sabores, con un interés profundo por descubrir cómo se entreteje la comunicación y la cocina. Estudié Comunicación Social y Periodismo, hice un máster en Comunicación Corporativa, y por más de 15 años, estuve en el mundo empresarial gestionando procesos de comunicación interna y externa. También me formé en gestión de cambio, cultura organizacional, marketing digital y storytelling. Soy una convencida del poder transformador que tiene la comunicación estratégica para movilizar a la personas y potenciar los resultados en las organizaciones.

Un día desafié mis propios paradigmas y me lancé a estudiar cocina, ya no como hobby, sino con la misma seriedad que requiere cualquier profesión. En ese camino, ratifiqué lo que desde niña ya sabía: la enorme conexión que existe entre la comunicación y la cocina.

Por eso, durante los últimos cuatro años, me he dedicado a diseñar y compartir con empresas y personas talleres sobre comunicación, storytelling, trabajo en equipo y otras habilidades personales y profesionales, en los que la cocina es la herramienta práctica para anclar conocimientos y convertirlos en aprendizajes para toda la vida.

También acompaño a las áreas de Comunicaciones y Gestión Humana para que le den fuerza a su gestión interna a partir de una comunicación con intención, más humana, cercana y estratégica, que potencie la cultura de la organización.